jueves, 19 de agosto de 2010

República Democrática Internet

El artículo de Jeff Jarvis, A Bill of rights in Cyberspace, reforzó mi convicción de que en los años 2000 el pujante país del Internet se ha acomodado dentro del reducido grupo de las potencias mundiales. 
A pesar de que se asemeje a estos otros estados por su nivel de desarrollo, capital, poder, es muy distinta a estos. Su esencia es distinta. Decir que Internet es una cultura mundial o sociedad mundial, es un reduccionismo. 
Cumple con todos los requisitos que hacen falta para ser considerado un país. Primero, un territorio. Internet no tiene una jurisdicción delimitada por un accidente natural ni unas líneas de pintura amarillas en una ruta. Su territorio es todo el globo terráqueo. Aún aunque tenga algunos puntos del planeta dónde afianzarse. No hay un país imperialista que no haya tenido que hacer hincapié en ganar parte de su territorio.
Segundo, una nación o población. El conjunto de personas que forman parte de la nación Internet está ubicado por todo el ancho y largo del planeta. Si bien está compuesta por distintas civilizaciones que hablan en su propio idioma, comparte un lengua en común con la que realizan contacto intercivilizacional. La jerga de Internet. De la nación Internet. Tercero, talvez esta característica es la que más necesita desarrollo, es el Estado que gobierna esta comunidad mundial.  El artículo A Bill of rights of Cyberspace es el cigoto de una Constitución del Estado de Internet. Hace falta una serie de normas que sean entendidas y respetadas por toda la comunidad Internet con vistas a lograr una mejor convivencia entre los habitantes de este país.
 Por supuesto que la existencia de este país no significa que cada civilización olvide sus raíces y se amalgame con las otras al punto de que la nación Internet sea la única en prevalecer. Debe ser una cultura mundial que englobe a todas las civilizaciones existentes. La necesidad de esta cultura mundial es producto de la globalización. Fenómeno que rompió con las distancias. El mundo se volvió un pañuelo. Todos estamos dentro de este pañuelo.

Un modo muy caricaturezco y cómico de representar a habitantes de Internet es el vídeo que pueden ver más abajo.








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